lunes, 12 de octubre de 2015





LAS PALABRAS OSCURAS, Miguel Sánchez Robles

Con este libro, Miguel Sánchez Robles ha conseguido el X Premio Internacional de Poesía "Claudio Rodríguez”, poemario que al ser publicado por Hiperión va a llegar a muchos lectores que todavía no habían tenido la suerte de leerle. Y la verdad es que no sé cómo meterle mano a este libro. Me llega fuego cruzado, metáforas como proyectiles que nacen de un existencialismo sentimental y compasivo. Me llueven poemas emotivos por todos los flancos y siento que es difícil salir indemne de esta emboscada, porque al cerrar el libro nadie es ni siente del mismo modo. ¡Qué cosas suceden a mi edad! Todavía existe el asombro, el latigazo que provoca un verso aún sigue vivo. Miguel Sánchez Robles consigue emocionarme. Y eso es lo que más valoro en su poesía, la emoción, y luego, si llega, el pensamiento turbio como sidra escanciada.

Las abundantes citas que preceden al texto son también una manera de acotar su territorio emocional, ese mundo de los oscuros y frágiles que sufren por todo, que encuentran en los versos ese consuelo necesario para seguir explicándose aun a sabiendas de que no se logra comprender el caos del mundo.


RUISEÑOR

La vida paga sus cuentas con tu sangre
y tú sigues creyendo que eres un ruiseñor.

Roque Dalton

A estas alturas de la vida,
después de estos años tan llenos de vacío
que no fueron bastante
para darnos la dicha verdadera,
aún existe en nosotros,
los oscuros,
una especie de don que vive en nuestros ojos.

Yo sufro como un niño
que perdió la memoria
y sus labios vestidos de viernes por la tarde,
y si salgo a la calle,
a estas horas tan altas de la vida
miro con gratitud,
me desmayo de sed,
amo con todo el alma
las palabras oscuras,
mi instinto de vivir mi carne en otra carne,
amo con toda el alma
a muchachas sin pecho,
a muchachas muy tristes
que viajan en el metro.


Miguel aborda los temas constantes de la literatura, de la poesía más lírica, desde una perspectiva estrictamente personal. Basta leer un poema suyo para saber que pertenece al autor caravaqueño. Y esto es un elogio, porque no es fácil distinguirse (que su voz sea auténtica entre tantos epígonos o acólitos que le siguen) ni lo es menos aún que los jurados premien sus escritos de manera tan asidua. Pero esos temas constantes están siempre teñidos de un halo de tristeza, transmiten el temblor de la belleza y su decadencia, la muerte siempre enamorada de la vida desatenta, o mejor, sus versos plasman la belleza de la decadencia, de la soledad de los jóvenes perdidos de buscarse tanto en la niebla, etc. Así lo expresa en algunos verso sueltos que son joyas dispersas: "La vida es un alud de barro con diamantes". Y soy consciente de que un verso no salva un poema, pero son tantos los aciertos que no me resisto a sugerirles que lean con atención "Belleza" ("Te veo / y sé que podría llegar a amarte como a nadie"…) o "Sodoma" ("Mi vida es triste como una isla que nadie ha descubierto… Hace frío en las afueras del hombre"). En fin, Miguel Sánchez Robles en estado puro.

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